Nueva Delhi, 7 ene (PL) En medio del más absoluto caos transcurrió hoy la primera comparecencia ante un tribunal metropolitano de cinco de los seis acusados de violar y asesinar a una joven india a mediados de diciembre.
La jueza encargada de instruir la causa, Namrita Aggarwal, decidió que cuando el jueves se reinicien las sesiones, estas serán a puertas cerradas y ordenó a la prensa no publicar informaciones sobre el caso sin previa autorización.
Los cinco sospechosos fueron conducidos a la corte del sureño distrito delhita de Saket para ser impuestos de cargos, pero antes la policía tuvo que desalojar la sala, desbordada por un bullicioso corrillo de decenas de abogados, periodistas y público en general.
"Es imposible llevar a cabo el proceso en esta situación", dijo Aggarwal al explicar que tanto esa vista como las siguientes transcurrirían a puertas cerradas.
Concluida la sesión -duró alrededor de una hora- los reos fueron regresados en una camioneta policial a la prisión capitalina de Tijar sin que los periodistas pudieran siquiera acercárseles.
Probablemente la defensa de los acusados corra a cuenta del Estado, pues el Colegio de Abogados de Saket señaló hace unos días que ninguno de sus afiliados los representaría. Hoy, empero, algunos de ellos parecía haber cedido, lo que suscitó algunos altercados entre los miembros de la asociación.
Entretanto, la corte juvenil que enjuiciará al sexto sospechoso -un presunto menor de edad- declaró insuficientes las pruebas de que tenía menos de 18 años, presentadas a solicitud del tribunal por el director de una escuela donde aquel estudió.
La corte dio de plazo hasta el 15 de enero para probar la edad del acusado.
En la noche del 16 de diciembre, a bordo de un autobús con cristales polarizados, los seis sujetos violaron y torturaron con una barra de hierro a la chica, cuyo nombre se mantiene en reserva. A su novio, que la acompañaba, lo molieron a golpes cuando intentó defenderla.
Luego, con el vehículo en movimiento, los lanzaron a ambos a la calle, semidesnudos y ensangrentados.
Amanat (tesoro, en hindi), como se le ha llamado simbólicamente, murió el 29 de diciembre en un hospital de Singapur adonde había sido trasladada unos días antes.
Aunque los abusos sexuales son cosa diaria en la India, la brutalidad del caso y las incidencias que lo rodean ha llenado de indignación a la ciudadanía, que en todo el país ha salido a las calles para exigir leyes más estrictas contra los abusos sexuales y de protección a las mujeres.
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